Lunes 16. Estaba en la redacción. Leí un cable de la agencia AFP en el que se daba cuenta de un tiroteo en una universidad de Virginia, EE.UU., con dos muertos. Horas después, esa cifra quedó corta.
El saldo final de la masacre de Virginia Tech conmocionó al país del norte y parte del mundo: 33 muertos, entre estos el asesino, un estudiante surcoreano de nombre Cho Seung-Hui, quien realizó dos tiroteos, ambos espaciados por un lapso de tiempo.
Martes 17. Me tocaba ir por la tarde al trabajo. Me conecté un rato para leer mi correo. Una alerta noticiosa de Google News con la palabra ‘peruvian’ me terminó por despertar. Y es que en la víspera había informado que en la universidad estudiaban muchos latinos. Deduje inmediatamente que el tiroteo de la víspera había enlutado a una familia peruana y resultó siendo verdad.
Daniel Pérez Cueva, un compatriota que migró a los EE.UU. a los 14 años, había muerto a manos de Cho. Estudiaba Relaciones Internacionales y según su padre, Flavio Pérez Parra, tenía un motivo: estaba preocupado por la violencia en el mundo.
Acostumbrado a leer sobre muertes en otras partes del mundo, a veces uno las siente lejanas. Enterarme del deceso del peruano me conmovió. Como dijo Flavio Pérez a una cadena hispana de Estados Unidos: a veces uno no se preocupa de la violencia, hasta que le toca. Y es que Daniel pudo ser uno de esos tantos amigos cercanos o familiares que migraron a la tierra del tío Sam para buscar un futuro mejor.
Miércoles 18. Por la mañana, los cables desde Virginia dieron cuenta que Cho había enviado un manifiesto a un medio de comunicación. Esta información se confirmó por la tarde: el estudiante surcoreano se dio tiempo para enviar por correo, en el lapso que separó a los dos tiroteos, un paquete con un manifiesto escrito, varios videos y fotografías. Un manifiesto multimedia, tituló la MSNNBC.com.
También se informó que Seung-Hui había estado hospitalizado y recibido tratamiento psicológico y psiquiátrico. Increíble que alguien con ese problema de salud pueda adquirir tan fácilmente un arma.
Seung-Hui envió varios videos.
Jueves 19. Se revelaron más características de la personalidad de Cho. De pequeño era tímido, dijo su abuelo. Los vecinos de su familia dijeron que los Seung-Hui eran retraídos pero corteses. Los principales medios norteamericanos no discutieron sobre lo fácil que es comprar una pistola en su país.
Viernes 20. Dos de la tarde. A pocos días de la masacre, otro hecho de violencia conmueve a los EEUU. Un sujeto ingresó al centro espacial Johnson, mató a una persona y luego se suicidó. La cultura de violencia que impera en el país del norte sigue cobrando víctimas. Para los norteamericanos, el mes de abril no es el mejor.