Te recuerdo jugando básquet en las canchas del Santa Rosa, tratando infructuosamente de burlar a la naturaleza y crecer unos centímetros.
Te recuerdo como el líder de esa patota -formada por mi hermano Giuliano, ‘Cachi’, Viso, Escalante, Huayta y al último yo, por ser el menor de todos-, que se juntaba a la salida del ‘cole’ para irse a casa.
Te recuerdo afanando a las chicas del Beata Imelda y del Rosario Fátima; te recuerdo yendo a bordo de la CH hacia Lima, haciéndonos bromas a Giuliano y a mí, tus primos lejanos. En suma, te recuerdo lleno de vida.
Por eso, cuando hoy me llamaron a las 9 de la mañana para decirme que habías fallecido, no lo podía creer. Mi hermano tampoco y se puso a llorar. QEPD, Christian.